Datos meteorológicos de Chulilla
El tiempo en Chulilla: un termómetro del cambio climático en el Mediterráneo occidental
Enclavado en el interior valenciano, Chulilla es un ejemplo visible de cómo el cambio climático está transformando el clima en el Mediterráneo occidental. Su localización junto al río Turia lo convierte en un observatorio natural de los fenómenos extremos que cada vez son más frecuentes.
Del clima mediterráneo clásico a la incertidumbre climática
Durante décadas, el clima en Chulilla ha seguido un patrón mediterráneo típico: veranos secos y/o con tormentas, inviernos suaves, y lluvias estacionales. Sin embargo, las lluvias torrenciales o gotas frías (hoy llamadas DANA) han ido ganando en violencia. Casos como los de 1987 o 2000 marcaron récords de precipitaciones y causaron daños considerables en caminos y laderas.
Olas de calor cada vez más frecuentes
Los veranos ya no son lo que eran. Desde 2015, Chulilla ha registrado múltiples olas de calor con temperaturas superiores a los 40 °C. En 2022, el municipio vivió uno de los episodios más intensos, con consecuencias sobre la vegetación, los cultivos y el riesgo de incendios.
Destacamos los incendios sucedidos en el año 2012 y en 1994.
Impactos ecológicos visibles
El ecosistema mediterráneo está en transformación. La flora tradicional como el almendro o el olivo sufre ante las sequías prolongadas. Los pinos se han secado en las zonas donde sufrían un mayor stress hídrico como en el Cerro gordo. Todo esto contribuye a un cambio en el paisaje y en la naturaleza.
¿Qué podemos hacer?
Chulilla representa la realidad de muchos pueblos del Mediterráneo. La adaptación al cambio climático pasa por invertir en prevención de incendios, agricultura sostenible y infraestructura hídrica resiliente. El cambio es irreversible, pero su impacto puede mitigarse si se actúa a tiempo.